Enrico Scrovegni construyó esta capilla en 1303, con la esperanza de salvar a su difunto padre, un usurero, de la eterna condenación en el infierno descrita por el poeta Dante en su Infierno. El interior de la capilla está cubierto de hermosos frescos de escenas de la vida de Cristo, pintados por Giotto entre 1303 y 1305. Como obras de gran fuerza narrativa, ejercieron una poderosa influencia en el desarrollo del arte europeo.
Frescos de Giottos
El artista florentino Giotto (1266-1337) es considerado el padre del Renacimiento, el gran renacimiento de las tradiciones clásicas del arte occidental. Sus frescos en esta capilla, con su sentido del espacio pictórico, el naturalismo y el drama narrativo, marcan una ruptura decisiva con la tradición bizantina de los mil años precedentes. En escenas como Lamento por el Cristo Muerto, las figuras son naturalistas y tridimensionales, no estilizadas, y las emociones se expresan con claridad. Aunque Giotto fue considerado un gran artista en su vida, pocas de las obras que se le atribuyen están completamente documentadas. Los frescos de la Capilla de los Scrovegni son raras excepciones en las que no hay duda de su autoría.
VISITANDO LA CAPILLA
Es obligatorio reservar su visita en el sitio web con anticipación, ya que existen límites estrictos en el número de visitantes permitidos en la Capilla de los Scrovegni en cualquier momento. Antes de ingresar, los visitantes deben pasar 15 minutos en una cámara de descontaminación, donde se proporciona una película explicativa sobre la capilla y sus famosos frescos. La visita en sí está restringida a 15 minutos.